
La problemática de las reparaciones constantes en las calles del municipio, como la obra en la Avenida Constituyentes con Tomas Aznar, revela una realidad preocupante: las malas decisiones y acuerdos de la autoridad municipal, en este caso, de la alcaldesa Yensunni Martínez, terminan afectando principalmente a quienes trabajan arduamente para mantener en funcionamiento la ciudad, los empleados municipales.
Mientras la alcaldesa descansa y disfruta de sus días, son los trabajadores quienes salen a la calle en condiciones adversas para reparar los daños que la gestión actual no logra solucionar en años de mandato. Ellos enfrentan el riesgo, enfrentan la lluvia, el desgaste y, en muchos casos, trabajan en horarios nocturnos o madrugada, dejando a sus familias en casa. Sin embargo, pareciera que no se reconoce su esfuerzo ni se les garantiza lo mínimo legal para protegerse: un salario justo y un seguro de vida que los respalde ante los peligros a los que se enfrentan diariamente.
Es indignante recordar que hace apenas tres años, el ayuntamiento de Othón P. Blanco debía más de 45 millones de pesos al ISSSTE, deuda de la cual todas las autoridades se deslindaron, dejando a los trabajadores a su suerte. Esa misma indiferencia parece reflejarse en cómo se manejan las reparaciones y la atención a los empleados municipales en la actualidad.
Es momento de que las autoridades municipales asuman su responsabilidad y prioricen el bienestar de quienes día a día trabajan para mantener en pie a la comunidad. La ciudad no puede seguir dependiendo del sacrificio de sus trabajadores, quienes hacen todo lo posible para mantenerla a flote mientras otros descansan y realizan malas obras. La gestión debe ser transparente y justa, garantizando condiciones dignas y reconociendo el esfuerzo de quienes, con sudor y muchas veces riesgo, sostienen a la ciudad en los momentos más difíciles.
Por ellos, es de reconocer la gran labor que realiza el personal de bomberos y servicios públicos quienes tienen la tarea más difícil que es la de levantar la ya desgasta imagen de la alcaldesa, aunque esto implique sumergerse en las inundaciones y trabajar bajo la lluvia.